Lección Aprendida Lección Corregida

No abrigues ningún juicio, ni seas consciente de ningún pensamiento, bueno o malo, que haya cruzado tu mente con respecto a nadie. Ahora no lo conoces. Pero eres libre de conocerlo, y de conocerlo bajo una nueva luz.

Ahora él renace para ti, y tú para él, sin el pasado que lo condenó a morir, y a ti junto con él.

Ahora él es tan libre para vivir como lo eres tú porque una vieja lección que se había aprendido ha desaparecido, dejando un sitio donde la verdad puede renacer.

T-31-I.13:1-4

Antes de Contestar

Antes de contestar,
haz una pausa y piensa en lo siguiente:

La respuesta que le dé a mi hermano es la que yo estoy pidiendo.

Y lo que aprenda acerca de él, es lo que aprenderé acerca de mí.

El Camino Medio

L-155.4. Si la verdad exigiese que renunciasen al mundo, les parecería como si se les estuviese pidiendo que sacrificasen algo que es real. 
Muchos han elegido renunciar al mundo cuando todavía creían que era real. 

Y como resultado de ello se han visto abatidos por una sensación de pérdida, y, consecuentemente, no se han liberado. Otros no han elegido otra cosa que el mundo, y su sensación de pérdida ha sido aún mayor, lo cual no han sido capaces de entender.

L-155.5. Entre estas dos sendas hay un camino que conduce más allá de cualquier clase de pérdida, pues tanto el sacrificio como la privación se abandonan de inmediato. Éste es el camino que se te pide recorrer ahora. Caminas por esta senda tal como otros lo hacen, mas no pareces ser distinto de ellos, aunque ciertamente lo eres.  

Por lo tanto, puedes ayudarlos al mismo tiempo que te ayudas a ti mismo, y encauzar sus pasos por el camino que Dios ha despejado para ti y para ellos, a través de ti.

Causas - Efectos

Éste es un curso acerca de causas, no de efectos. 
T-21.VII.7:8

Espíritu - Ego

Si no puedes oír la Voz de Dios, es porque estás eligiendo no escucharla.

Pero que sí escuchas a la voz de tu ego lo demuestran tus actitudes, tus sentimientos y tu comportamiento.


No obstante, eso es lo que quieres. Eso es por lo que luchas y lo que procuras proteger manteniéndote alerta. Tu mente está repleta de estratagemas para hacer quedar bien al ego, pero no buscas la faz [rostro] de Cristo. El espejo en el que el ego trata de ver su rostro es ciertamente tenebroso. ¿De qué otra manera, sino con espejos, podría seguir manteniendo la falsedad de su existencia? 

Con todo,
dónde buscas para encontrarte a ti mismo
depende de ti.

T-4.IV.1. 


Prójimo

Cuando te encuentras con alguien, recuerda que se trata de un encuentro santo. Tal como lo consideres a él, así te considerarás a ti mismo. Tal como lo trates, así te tratarás a ti mismo. Tal como pienses de él, así pensarás de ti mismo.  

Nunca te olvides de esto, pues en tus semejantes o bien te encuentras a ti mismo o bien te pierdes a ti mismo. 
T/8.III.4.


Percibir errores en alguien, y reaccionar ante ellos como si fueran reales, es hacer que sean reales para ti. 
No podrás evitar pagar las consecuencias de esto, no porque se te vaya a castigar, sino porque estarás siguiendo al guía equivocado, y, por lo tanto, te extraviarás.
T/8.III.6.

Tu Eres el Soñador

T-27.VII.7:6-9 Así es como surgieron todas las ilusiones. El que las teje no se da cuenta de que es él mismo quien las urde ni cree que la realidad de éstas dependa de él. Cualquiera que sea su causa, es algo completamente ajeno a él, y su mente no tiene nada que ver con lo que él percibe. No puede dudar de la realidad de sus sueños porque no se da cuenta del papel que él mismo juega en su fabricación y en hacer que parezcan reales.

T-27.VII.13:1-2 Tú eres el soñador del mundo de los sueños. Éste no tiene ninguna otra causa, ni la tendrá jamás

Mundo Real - Perdón Total

¿Que es el mundo real?  
Un mundo perdonado.
   
¿Que es un mundo perdonado?  
Un mundo libre de juicios.
Cuando haya completado todas mis lecciónes de perdón
dejare de juzgar.

¿DONDE ESTA EL MUNDO REAL?
T-12.III.7. Si sólo los pensamientos amorosos del Hijo de Dios constituyen la realidad del mundo, el mundo real tiene que estar en su mente. 

¿TENDRE QUE PERDONAR PARA VER EL MUNDO REAL?
T-30-V.1. El mundo real es el estado mental en el que el único propósito del mundo es perdonar. El miedo ha dejado de ser el objetivo, pues escapar de la culpabilidad se ha convertido ahora en la meta. 

¿COMO ES EL MUNDO REAL?
T-13.VII.1. Siéntate sosegadamente, y según contemplas el mundo que ves, repite para tus adentros: "El mundo real no es así. En él no hay edificios ni calles por donde todo el mundo camina solo y separado. En él no hay tiendas donde la gente compra una infinidad de cosas innecesarias. No está iluminado por luces artificiales, ni la noche desciende sobre él. No tiene días radiantes que luego se nublan. En el mundo real nadie sufre pérdidas de ninguna clase. En él todo resplandece, y resplandece eternamente.

¿LA NUEVA PERCEPCIÓN DEL MUNDO REAL?
T-18.IX.9. Este mundo de luz, este círculo de luminosidad es el mundo real, donde la culpabilidad se topa con el perdón. Ahí el mundo exterior se ve con ojos nuevos, libre de toda sombra de culpabilidad. Aquí te encuentras perdonado, pues aquí has perdonado a todo el mundo. He aquí la nueva percepción donde todo es luminoso y brilla con inocencia, donde todo ha sido purificado en las aguas del perdón y se encuentra libre de cualquier pensamiento maligno que jamás hayas proyectado sobre él. Ahí no se ataca al Hijo de Dios, y a ti se te da la bienvenida. Ahí se encuentra tu inocencia, esperando para envolverte, protegerte y prepararte para el paso final de tu viaje interno. Ahí se dejan de lado los sombríos y pesados cortinajes de la culpabilidad, los cuales quedan dulcemente reemplazados por la pureza y el amor.

¿PUEDO PERCIBIR EL MUNDO REAL?
T-11.VII.2.6 El mundo real ciertamente se puede percibir. Lo único que ello requiere es que estés dispuesto a no percibir nada más. Pues si percibes tanto el bien como el mal, estarás aceptando lo falso y lo verdadero, y no estarás distinguiendo claramente entre ellos.

T-11.VII.3.9 Percibir únicamente el mundo real te conducirá al Cielo real, ya que te capacitará para comprenderlo.

T-11.VII.4.7 Creer que puedes percibir el mundo real es creer que puedes conocerte a ti mismo. Puedes conocer a Dios porque Su voluntad es que se le conozca.

T-11.VIII.10. En el mundo real no hay enfermedades, pues en él no hay separación ni división. En él sólo se reconocen los pensamientos amorosos, puesto que todo el mundo dispone de tu ayuda, la Ayuda de Dios va contigo a todas partes. A medida que, por el hecho de pedir esta Ayuda estés dispuesto a aceptarla, la ofrecerás porque la desearás. Nada estará fuera del alcance de tu poder sanador porque nada que pidas te será negado.

¿EXISTE ALGÚNA CONDICIÓN PARA ACEPTAR EL MUNDO REAL?
T-11.VIII.15:4 Cuando te percibas a ti mismo sin engaño alguno, aceptarás el mundo real en lugar del mundo falso que fabricaste. Y entonces tu Padre descenderá hasta ti y dará el último paso por ti, elevándote hasta Él.

¿COMO ALCANZO EL MUNDO REAL?
T-17.II.5. El mundo real se alcanza simplemente mediante el completo perdón del viejo mundo, aquel que contemplas sin perdonar. El Gran Transformador de la percepción emprenderá contigo un examen minucioso de la mente que dio lugar a ese mundo, y te revelará las aparentes razones por las que lo construiste. A la luz de la auténtica razón que le caracteriza te darás cuenta, a medida que lo sigas, de que ese mundo está totalmente desprovisto de razón. Cada punto que Su razón toque florecerá con belleza, y lo que parecía feo en la oscuridad de tu falta de razón, se verá transformado de repente en algo hermoso. Ni siquiera lo que el Hijo de Dios inventó en su demencia podría no tener oculto dentro de sí una chispa de belleza que la dulzura no pudiese liberar.

¿COMO LE HAGO PARA DESPERTAR.?
T-12.VI.6 Cuando hayas visto el mundo real -como sin duda lo verás- te acordarás de nosotros. Mas tienes que aprender el costo que supone estar dormido, y negarte a pagarlo. Sólo entonces decidirás despertar. Y entonces el mundo real aparecerá ante tu vista, pues Cristo nunca ha estado dormido.
¿QUE ES LA ILUMINACIÓN?
L-pI.188.1:4 La iluminación es simplemente un reconocimiento no un cambio. [no es un camino]

¿PORQUE LOS ESTUDIANTES DEL CURSO ESTAN DURO Y DALE CON EL PERDON?
T-17.II.6. Esta belleza brotará para bendecir todo cuanto veas, conforme contemples al mundo con los ojos del perdón. Pues el perdón transforma literalmente la Visión, y te permite ver el mundo real alzarse por encima del caos y envolverlo dulce y calladamente, eliminando todas las ilusiones que habían tergiversado tu percepción y que la mantenían anclada en el pasado. La hoja más insignificante se convierte en algo maravilloso, y las briznas de hierba en símbolos de la perfección de Dios.
¿ES EL MUNDO REAL UN PUENTE A DIOS?
T-17.II.2. Esta belleza no es una fantasía. Es el mundo real , resplandeciente, puro y nuevo, en el que todo refulge bajo la luz del sol. No hay nada oculto aquí, pues todo ha sido perdonado y ya no quedan fantasías que oculten la verdad. El puente entre ese mundo y éste es tan corto y tan fácil de cruzar, que nunca te hubieses podido imaginar que fuese el punto de encuentro de mundos tan dispares. Mas este corto puente es la cosa más poderosa conectada a este mundo. Este ínfimo paso, tan pequeño que ni siquiera has reparado en él, es un salto que te lleva a través del tiempo hasta la eternidad, y te conduce más allá de toda fealdad hacia una belleza que te subyugará y que nunca cesará de maravillarte con su perfección.

¿CUANDO TIEMPO DURA EL MUNDO REAL?
T-17.II.4. Las estrellas se desvanecerán en la luz, y el sol que iluminó al mundo para que su belleza se pudiese apreciar desaparecerá. La percepción no tendrá razón de ser cuando haya sido perfeccionada, pues nada que haya sido utilizado para el aprendizaje tendrá función alguna. Nada cambiará jamás; y las fluctuaciones y los matices, así como las diferencias y contrastes que hacían que la percepción fuese posible cesarán. La percepción del mundo real será tan fugaz que apenas tendrás tiempo de dar gracias a Dios por él. Pues una vez que hayas alcanzado el mundo real y estés listo para recibir a Dios, Él dará de inmediato el último paso.

Ego - Culpa - Cuerpo


Ten por seguro que no es posible que Dios y el ego, o tú y el ego jamás os podáis encontrar. En apariencia lo hacéis y formáis extrañas alianzas basándoos en premisas que no tienen sentido. Pues vuestras creencias convergen en el cuerpo, al que el ego ha elegido como su hogar y tú consideras que es el tuyo. Vuestro punto de encuentro es un error: un error en cómo te consideras a ti mismo. El ego se une a una ilusión de ti que tú compartes con él. Las ilusiones, no obstante, no pueden unirse. Son todas lo mismo, y no son nada. Su unión está basada en la nada, pues dos de ellas están tan desprovistas de sentido como una o mil. El ego no se une a nada, pues no es nada. Y la victoria que anhela está tan desprovista de sentido como él mismo. T-23.I.3:1

La mente que está libre de culpa no puede sufrir.  
Al estar sana, sana a su vez al cuerpo porque ella misma ha sanado. Las enfermedades son inconcebibles para la mente sana, ya que no puede concebir atacar a nada ni a nadie. Dije antes que la enfermedad es una forma de magia. Quizá sería mejor decir que es una forma de solución mágica.   

"...el cuerpo es parte de la solución magica: una solución a un problema inexistente; la creencia en la separación..."
El ego cree que castigándose a sí mismo mitigará el castigo de Dios. Mas incluso en esto es arrogante. 
Le atribuye a Dios la intención de castigar, y luego adopta esa intención como su propia prerrogativa. El ego trata de usurpar todas las funciones de Dios tal como las percibe porque reconoce que sólo se puede confiar, en una lealtad absoluta.

T-5.V.5:1

Percepción y Dualismo

El Problema y la Solución

 No necesitas la bendición de Dios porque de ella ya dispones para siempre, pero sí necesitas la tuya propia. 


La imagen que el ego tiene de ti es la de un ser desposeído, vulnerable e incapaz de amar. 
No puedes amar semejante imagen. 


Sin embargo, puedes escaparte muy fácilmente de ella abandonándola. 

Tú no formas parte de esa imagen, ni ella es lo que tú eres. No veas esa imagen en nadie, o la habrás aceptado como lo que eres tú.  
T-7.VII.3.


Todas las ilusiones acerca de la Filiación se desvanencen al unísono tal como fueron forjadas al unísono. 

No le enseñes a nadie que él es lo que tú no querrías ser. 

Tu hermano es el espejo en el que ves reflejada la imagen que tienes de ti mismo mientras perdure la percepción.

Y la percepción perdurará hasta que la Filiación reconozca que es íntegra.  

Tú inventaste la percepción, y ésta perdurará mientras la sigas deseando.


T-25.I.2. ¿De qué otra manera podrías poner de manifiesto al Cristo en ti, sino contemplando la santidad y viéndolo a Él en ella? La percepción te dice que tú te pones de manifiesto en lo que ves. Si contemplas el cuerpo, creerás que ahí es donde te encuentras tú. Y todo cuerpo que veas te recordará a ti mismo: tu pecaminosidad, tu maldad, pero sobre todo, tu muerte. ¿No aborrecerías e incluso intentarías matar a quien te dijese algo así? El mensaje y el mensajero son uno. Y no puedes sino ver a tu hermano como te ves a ti mismo. Enmarcado en su cuerpo verás su pecaminosidad, en la que tú te alzas condenado. En su santidad, el Cristo en él se proclama a Sí Mismo como lo que eres tú.

T-25.I.3. La percepción es la elección de lo que quieres ser, del mundo en el que quieres vivir y del estado en el que crees que tu mente se encontrará contenta y satisfecha. La percepción elige donde crees que reside tu seguridad, de acuerdo con tu decisión. Te revela lo que eres tal como tú quieres ser. Y es siempre fiel a tu propósito, del que nunca se aparta, y no da el más mínimo testimonio de nada que no esté de acuerdo con el propósito de tu mente. Lo que percibes es parte de lo que tienes como propósito contemplar, pues los medios y el fin no están nunca separados. Y así aprendes que lo que parece tener una vida aparte en realidad no tiene vida en absoluto.


T-25.III.1. En la medida en que atribuyas valor a la culpabilidad, en esa misma medida percibirás un mundo en el que el ataque está justificado.  


Esto concuerda con la ley fundamental de la percepción: ves lo que crees que está ahí, y crees que está ahí porque quieres que lo esté. 


La percepción no está regida por ninguna otra ley que ésa. 


Todo lo demás se deriva de ella, para sustentarla y darle apoyo. Ésta es la forma que, ajustada a este mundo, adopta la percepción de la ley más básica de Dios: que el amor crea amor y nada más que amor.

T-25.IV.2. Podría afirmarse, por lo tanto, que la ley básica de la percepción es: "Te regocijarás con lo que veas, pues lo ves para regocijarte".  


Y mientras creas que el sufrimiento y el pecado te pueden proporcionar alegría, seguirán estando ahí para que los veas. 


Nada es de por sí perjudicial o beneficioso a menos que así lo desees. Tu deseo es lo que determina los efectos que ha de tener en ti porque lo elegiste como un medio para obtener esos efectos, creyendo que eran los portadores del regocijo y de la felicidad. 
 Esta ley rige incluso en el Cielo. 

El Hijo de Dios crea para ser feliz, puesto que comparte con su Padre el propósito que Éste tuvo al crearlo a fin de que su alegría fuese cada vez mayor y la de Dios junto con la suya.


LA SOLUCIÓN


T-25.VII.5. El Espíritu Santo tiene el poder de transformar todos los cimientos del mundo que ves en algo distinto: en una base que no sea demente, sobre la que se puedan sentar los cimientos de una percepción sana y desde la que se puede percibir otro mundo: un mundo en el que nada se opone a lo que conduciría al Hijo de Dios a la cordura y a la felicidad, y en el que nada da testimonio de la muerte ni de la crueldad, de la separación o de las diferencias. Pues ahí todo se percibe como uno, y nadie tiene que perder para que otro gane.

T-25.IX.3. Puedes estar seguro de que la solución a cualquier problema que el Espíritu Santo resuelva será siempre una solución en la que nadie pierde. Y esto tiene que ser verdad porque Él no le exige sacrificios a nadie. Cualquier solución que le exija a alguien la más mínima pérdida, no habrá resuelto el problema, sino que lo habrá empeorado, haciéndolo más difícil de resolver y más injusto. Es imposible que el Espíritu Santo pueda ver cualquier clase de injusticia como la solución. Para Él, lo que es injusto tiene que ser corregido porque es injusto. Y todo error es una percepción en la que, como mínimo, se ve a uno de los Hijos de Dios injustamente. De esta forma es como se priva de justicia al Hijo de Dios. Cuando se considera a alguien un perdedor, se le ha condenado. Y el castigo, en vez de la justicia, se convierte en su justo merecido.

T-25.IX.4. Ver la inocencia hace que el castigo sea imposible y la justicia inevitable. La percepción del Espíritu Santo no da cabida al ataque. Lo único que podría justificar el ataque son las pérdidas, y Él no ve pérdidas de ninguna clase. El mundo resuelve problemas de otra manera. Pues ve la solución a cualquier problema como un estado en el que se ha decidido quién ha de ganar y quién ha de perder; con cuánto se va a quedar uno de ellos y cuánto puede todavía defender el perdedor. Mas el problema sigue sin resolverse, pues sólo la justicia puede establecer un estado en el que nadie pierde y en el que a nadie se le trata injustamente o se le priva de algo, lo cual le daría motivos para vengarse. Ningún problema se puede resolver mediante la venganza, que en el mejor de los casos no haría sino dar lugar a otro problema, en el que el asesinato no es obvio.

T-25.IX.6. Nadie merece perder. Y es imposible que lo que supone una injusticia para alguien pueda ocurrir. La curación tiene que ser para todo el mundo, pues nadie merece ninguna clase de ataque. ¿Qué orden podría haber en los milagros, si algunas personas mereciesen sufrir más y otras menos? ¿Y sería esto justo para aquellos que son totalmente inocentes? Todo milagro es justo. No es un regalo especial que se les concede a algunos y se les niega a otros, por ser éstos menos dignos o estar más condenados, y hallarse, por lo tanto, excluidos de la curación. ¿Quién puede estar excluido de la salvación, si el propósito de ésta es precisamente acabar con el especialismo? ¿Dónde se encontraría la justicia de la salvación, si algunos errores fuesen imperdonables y justificasen la venganza en lugar de la curación y el retorno a la paz?

T-25.IX.9. Los pequeños problemas que ocultas se convierten en tus pecados secretos porque no elegiste que se te liberase de ellos. Y así, acumulan polvo y se vuelven cada vez más grandes hasta cubrir todo lo que percibes, impidiéndote así ser justo con nadie. No crees tener ni un solo derecho. Y la amargura, al haber justificado la venganza y haber hecho que se pierda la misericordia, te condena irremisiblemente. Los irredentos no tienen misericordia para con nadie. Por eso es por lo que tu única responsabilidad es aceptar el perdón para ti mismo.

T-26.I.3. Lo poco que el cuerpo mantiene cercado se convierte en el yo, el cual se conserva mediante el sacrificio de todo lo demás. Y todo lo demás no puede sino perder esta pequeña parte y permanecer incompleto a fin de mantener intacta su propia identidad. En esta percepción de ti mismo la pérdida del cuerpo sería ciertamente un sacrificio. Pues ver cuerpos se convierte en la señal de que el sacrificio es limitado y de que aún queda algo que es exclusivamente para ti. Y para que esa ínfima parte te pertenezca, se demarcan límites en todo lo que es externo a ti, así como en lo que crees que es tuyo. Pues dar es lo mismo que recibir. Y aceptar las limitaciones de un cuerpo es imponer esas mismas limitaciones a cada hermano que ves. Pues sólo puedes ver a tu hermano como te ves a ti mismo.

T-26.VII.8. Nada puede hacer que lo que no tiene sentido lo tenga. Y la verdad no necesita defensas para ser la verdad. Las ilusiones no tienen ni testigos ni efectos. El que las contempla no hace sino engañarse a sí mismo. Perdonar es la única función que se puede tener aquí, y su propósito es llevarle la dicha que este mundo niega a cada aspecto del Hijo de Dios allí donde parecía reinar el pecado. Tal vez no comprendas el papel que juega el perdón en el proceso de poner fin a la muerte y a todas las creencias que surgen de las brumas de la culpabilidad. Los pecados son creencias que tú interpones entre tu hermano y tú. Los pecados hacen que estés limitado al tiempo y al espacio, y te conceden un pequeño lugar a ti y otro a él. En tu percepción, esta separación está simbolizada por el cuerpo, que claramente está separado y es algo aparte. Lo que este símbolo representa, no obstante, es tu deseo de estar aparte y separado.

T-26.VII.17. La crucifixión se abandona en la redención porque donde no hay dolor ni sufrimiento no hay necesidad de curación. El perdón es la respuesta a cualquier clase de ataque. De esta manera, se cancelan los efectos del ataque, y se responde al odio en nombre del amor. Gloria eterna a ti que se te ha encomendado salvar al Hijo de Dios de la crucifixión, del infierno y de la muerte. Pues tienes el poder de salvar al Hijo de Dios porque su Padre así lo dispuso. Y en tus manos yace la salvación, para ser ofrecida y recibida como una.

T-27.II.13. Observa cómo esta percepción de ti mismo no puede sino extenderse, y no pases por alto el hecho de que todo pensamientose extiende porque ése es su propósito debido a lo que realmente es. De la idea de que el ser se compone de dos partes, surge necesariamente el punto de vista de que su función está dividida entre las dos. Pero lo que quieres corregir es solamente la mitad del error, que tú crees que es todo el error. Los pecados de tu hermano se convierten, de este modo, en el blanco central de la corrección, no vaya a ser que tus errores y los suyos se vean como el mismo error. Los tuyos son equivocaciones, pero los suyos son pecados y, por ende, no son como los tuyos. Los suyos merecen castigo, mientras que los tuyos, si vamos a ser justos, deberían pasarse por alto.

T-27.II.14. De acuerdo con esta interpretación de lo que significa corregir no podrás ver tus propios errores. Pues habrás trasladado el blanco de la corrección fuera de ti mismo, sobre uno que no puede ser parte de ti mientras esa percepción perdure. Aquel al que se condena jamás puede volver a formar parte del que lo acusa, quien lo odiaba y todavía lo sigue odiando por ser un símbolo de su propio miedo. He aquí a tu hermano, el blanco de tu odio, quien no es digno de formar parte de ti, y es, por lo tanto, algo externo a ti: la otra mitad, la que se repudia. Y sólo lo que se deja privado de su presencia se percibe como todo lo que tú eres. El Espíritu Santo tiene que representar esta otra mitad hasta que tú reconozcas que es la otra mitad. Y Él hace esto asignándoos a ti y a tu hermano la misma función y no una diferente.

Siete Pasos

T-30-I.2.  Este enfoque comienza con la siguiente declaración:

Hoy no tomaré ninguna decisión por mi cuenta.

Ésto quiere decir que estás eligiendo no ser el juez de lo que se debe hacer. Pero quiere decir también que no juzgarás aquellas situaciones en las que te veas llamado a tomar una decisión. Pues si las juzgas, habrás establecido las reglas que determinan cómo debes reaccionar ante ellas. Y así, una respuesta diferente no haría sino causarte confusión, incertidumbre y temor.

T-30-I.3.      (1) El mayor problema que tienes ahora es que todavía decides primero lo que vas a hacer, y luego decides preguntar qué es lo que debes hacer. Y es posible que lo que oigas no resuelva el problema tal como lo percibiste inicialmente. Ésto conduce al temor porque contradice tu percepción, de modo que te sientes atacado, y, por ende, furioso. Hay ciertas reglas mediante las cuales esto se puede evitar. Pero es inevitable que ocurra al principio, mientras aún estás aprendiendo a escuchar.

T-30-I.4.       (2) Siempre que te acuerdes de ello a lo largo del día y dispongas de un momento de calma para reflexionar, repítete a ti mismo nuevamente la clase de día que te gustaría tener, los sentimientos que deseas abrigar, las cosas que quieres que te sucedan así como lo que quieres experimentar, y di:

Si no tomo ninguna decisión por mi cuenta, ésa es la clase de día que se me concederá.

Si practicas estos dos procedimientos debidamente, ello te ayudará a dejarte guiar sin temor, pues no permitirá que primero surja la oposición, para luego convertirse en un problema de por sí.

T-30-I.5. Mas habrá ocasiones en las que ya habrás juzgado de antemano. En esos casos la respuesta suscitará un ataque, a no ser que rectifiques tu mente de inmediato para que sólo desee una respuesta efectiva. Ten por seguro que eso es lo que ha sucedido si no estás dispuesto a detenerte por un momento y pedir que se te dé la respuesta. Pues ello quiere decir que ya has tomado una decisión por tu cuenta y que no puedes ver cuál fue la pregunta. Necesitas ahora un rápido reconstituyente antes de volver a preguntar.

T-30-I.6.       (3) Recuerda nuevamente la clase de día que te gustaría tener y reconoce que ha ocurrido algo que no forma parte de ello. Date cuenta entonces de que has hecho una pregunta por tu cuenta y de que debes haberla contestado de acuerdo con las condiciones que tú mismo has establecido. Di entonces:

No tengo ninguna pregunta. Me olvidé de lo que tenía que decidir.

Esto cancela las condiciones que has establecido y permite que la respuesta te muestre cuál debió haber sido realmente la pregunta.

T-30-I.7. Trata de observar esta regla sin demora, a pesar de tu resistencia, pues ya estás enfadado. Y tu temor de que se te vaya a dar una respuesta que no coincida con tu pregunta tal como la planteaste cobrará ímpetu, y acabarás creyendo que el día que deseas es uno en el que a tus preguntas se les da tus respuestas. Y no será así, pues ello te arruinaría el día al privarte de lo que realmente deseas. Esto puede ser muy difícil de entender, una vez que has decidido por tu cuenta qué reglas te prometen un día feliz. No obstante, esa decisión todavía puede revocarse mediante métodos sencillos que puedes aceptar.

T-30-I.8.       (4) Si estás tan reacio a recibir que ni siquiera puedes olvidarte de tu pregunta puedes empezar a cambiar de parecer con lo siguiente:

Por lo menos puedo decidir que no me gusta cómo me estoy sintiendo ahora.

Esto por lo menos es obvio, y allana el camino para el siguiente paso, que es muy sencillo.

T-30-I.9.       (5) Una vez que has decidido que no te gusta cómo te estás sintiendo, qué podría ser más fácil que continuar con:

Por lo tanto, espero haber estado equivocado.

Esto mitiga la sensación de resistencia y te recuerda que no se te está forzando a que aceptes ayuda, sino que ésta es algo que deseas y necesitas porque no te gusta cómo te estás sintiendo. Esta ínfima apertura bastará para que puedas seguir adelante y dar los pocos pasos que necesitas para dejar que se te ayude.

T-30-I.10. ahora has llegado a un punto crucial porque te has dado cuenta de que saldrías ganando si lo que decidiste no es como tú pensabas. Hasta que no llegues a este punto, creerás que tu felicidad depende de tener razón. Pero por lo menos has alcanzado ahora un cierto grado de sensatez: te has dado cuenta de que sería mejor para ti que estuvieses equivocado.

T-30-I.11.      (6) Éste ápice de sabiduría bastará para llevarte aún más lejos. No se te está forzando a ello, sino que simplemente esperas lograr lo que quieres. Por lo tanto, puedes decir con perfecta honestidad:

Quiero ver esto de otra manera.

Ahora has cambiado de parecer con respecto a la clase de día que deseas tener, y has recordado lo que realmente quieres. Su propósito ya no está velado por la demente idea de que lo quieres para satisfacer tu empeño de tener razón cuando en realidad estás equivocado. De este modo, el hecho de que estás dispuesto a pedir llega hasta tu conciencia, pues no puedes estar en conflicto cuando pides lo que realmente quieres y comprendes que eso es lo que estás pidiendo.

T-30-I.12.      (7) Éste último paso es sólo el reconocimiento de que no te opones a recibir ayuda. Es la declaración de una mente receptiva, que aunque todavía no está segura, está dispuesta a que se le muestre lo que necesita ver:

Tal vez hay otra manera de ver esto. ¿Qué puedo perder con preguntar?

Ahora puedes, por lo tanto, hacer una pregunta que tiene sentido, y, consecuentemente, la respuesta tendrá sentido también. Y no te opondrás a ella, pues comprenderás que es a ti a quien dicha respuesta beneficiará.

Renacimiento Compulsivo

Cada día, y cada minuto de cada día, y en cada instante de cada minuto, no haces sino revivir ese instante en el que la hora del terror ocupó el lugar del amor. Y así mueres cada día para vivir otra vez, hasta que cruces la brecha entre el pasado y el presente, la cual en realidad no existe.

Esto es lo que es toda vida:
un aparente intervalo entre nacimiento y muerte y de nuevo a la vida; la repetición de un instante que hace mucho que desapareció y que no puede ser revivido.

Y el tiempo no es otra cosa que la creencia demente de que lo que ya pasó todavía está aquí y ahora.

T-26.V.13

Tu Propio Sueño

El secreto de la salvación no es sino éste:

que eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo. No importa cuál sea la forma del ataque, eso sigue siendo verdad.

No importa quién desempeñe el papel de enemigo y quién el de agresor, eso sigue siendo verdad. No importa cuál parezca ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que sientas, eso sigue siendo verdad. Pues no reaccionarías en absoluto ante las figuras de un sueño si supieses que eres tú el que lo está soñando.

No importa cuán odiosas y cuán depravadas sean, no podrían tener efectos sobre ti a no ser que no te dieses cuenta de que se trata tan sólo de tu propio sueño.  

T-27.VIII.10

Compulsión de Obtener

El amor aflorará de inmediato en cualquier mente que de verdad lo desee, pero tiene que desearlo de verdad. 

Esto quiere decir desearlo sin ninguna ambivalencia, y esta forma de desear está completamente desprovista de la
"compulsión de obtener" del ego.


 T-4.III.4

 

Dar para Obtener

El ego vive literalmente a base de comparaciones.

"Dar para obtener" es una ley ineludible del ego, que siempre se evalúa a sí mismo en función de otros egos. Por lo tanto; está siempre obsesionado con la idea de la escasez, que es la creencia que le dio origen . Su percepción de otros egos como entes reales no es más que un intento de convencerse a sí mismo, de que él es real.

El "amor propio", desde el punto de vista del ego, no significa otra cosa que el ego se ha engañado a sí mismo creyendo que es real, y, por lo tanto, está temporalmente menos inclinado a saquear.  

Ese “amor propio" es siempre vulnerable a la tensión, término éste que se refiere a cualquier cosa que él perciba como una amenaza a su existencia.

El Espíritu en su conocimiento no es consciente del ego. No lo ataca, simplemente no lo puede concebir en absoluto. Aunque el ego tampoco se percata del Espíritu, se percibe a sí mismo rechazado por algo más grande que él.

Por eso es por lo que el "amor propio", tal como el ego lo concibe, no puede por menos que ser ilusorio.

Los apetitos (deseos) son mecanismos para "obtener" que representan la necesidad del ego de ratificarse a sí mismo. Esto es cierto tanto en el caso de los apetitos corporales como en el de las llamadas "necesidades más elevadas del ego". 

El origen de los apetitos corporales no es físico. 

El ego considera al cuerpo como su hogar, y trata de satisfacerse a sí mismo a través de él. Pero la idea de que eso es posible es una decisión de la mente, que está completamente confundida acerca de lo que realmente es posible.

T-4.II.6-7

Visión Física

La resistencia al dolor puede ser grande, pero no es ilimitada.
A la larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que tiene que haber un camino mejor. A medida que este reconocimiento se arraiga más, acaba por convertirse en un punto decisivo en la vida de cada persona.


Esto finalmente vuelve a despertar la Visión Espiritual y,
al mismo tiempo, mitiga el apego a la Visión física. 

Este alternar entre los dos niveles de percepción se experimenta normalmente como un conflicto que puede llegar a ser muy agudo.


Aun así, el desenlace final es tan inevitable como Dios.
T-2.III.3:6-10

Verdadera Curación

Alguien sabe más, se ha adiestrado mejor, o es quizas más talentoso y sabio. Puede, por lo tanto, dar sanación a alguien que es inferior y esta bajo su patrocinio… ¿Cómo iba a ser posible esto? La verdadera sanación no puede proceder de la desigualdad asumida y luego aceptada como la verdad, y usarse para sanar a los heridos y calmar la mente que sufre de la agonía de la duda… No te haces a ti mismo el portador del regalo especial que da lugar a la sanación. Lo único que haces es reconocer tu unicidad con el que te pidió ayuda. Pues en está unicidad se desaparece su sentido de separación que es lo que lo enfermó. No tiene sentido administrar remedio alguno excepto donde la fuente de la enfermedad no se encuentra, de lo contrario nunca puede sanarse verdaderamente.

S.III.3.1  Anexo a UCEM

Renuncia a Ser tu Propio Maestro

Si estás dispuesto a renunciar al papel de guardián de tu sistema de pensamiento (ego) y ofrecérmelo a mí (Jesús), yo lo corregiré con
gran delicadeza y te conduciré de regreso a Dios.

T-4.I.4

Miedo

Cuando sientas miedo...
aquiétate y reconoce que Dios es real.
...tú eres Su Hijo amado en quien Él se complace.
T-4.I.8:6

Vacia tu Mente

LA SIMPLICIDAD DE LA SALVACIÓN
Olvídate de este mundo



T/31-I.12:1-4 Permanezcamos muy quedos por un instante y olvidémonos de todas las cosas que hayamos aprendido, de todos los pensamientos que hayamos abrigado y de todas las ideas preconcebidas que tengamos acerca de lo que las cosas significan y de cuál es su propósito.


Olvidémonos de nuestras propias ideas acerca del propósito del mundo, pues no lo sabemos. 

Dejemos que toda imagen que tengamos acerca de cualquier persona se desprenda de nuestras mentes y desaparezca. [texto - pag. 730]


Niega que seas una sombra superpuesta brevemente sobre un mundo moribundo. Libera a tu mente, y contemplarás un mundo liberado.


L/132.14 Nuestro propósito hoy es liberar al mundo de todos los pensamientos vanos que hayamos tenido acerca de él y acerca de todos


los seres vivientes que vemos en él mundo no pueden estar ahí, ni nosotros tampoco.  

Pues nos encontramos, junto con todos ellos, en la morada que nuestro Padre creó para nosotros. 
Y nosotros, que seguimos siendo tal como Él nos creó, queremos liberar hoy al mundo (la mente-errada) de cada una de nuestras ilusiones para así poder ser libres.


L/189.7:1-5 Haz simplemente esto: permanece muy quedo y deja a un lado todos los pensamientos acerca de lo que tú eres y de lo que Dios es; todos los conceptos que hayas aprendido acerca del mundo; todas las imágenes que tienes acerca de ti mismo. Vacía tu mente de todo lo que ella piensa que es verdadero o falso, bueno o malo; de todo pensamiento que considere digno, así como de todas las ideas de las que se siente avergonzada. No conserves nada. No traigas contigo ni un solo pensamiento que el pasado te haya enseñado, ni ninguna creencia que, sea cual sea su procedencia, hayas aprendido con anterioridad.


Olvídate de este mundo, olvídate de este curso, y con las manos completamente vacías, ve a tu Dios. 

[ejercicios - pag. 386]