Soy Inocente

Solamente se pueden aprender dos lecciones. Cada una de ellas da lugar a un mundo diferente. Y cada uno de esos mundos [efectos] se deriva irremediablemente de su fuente. [causa]


El mundo (que proyecta la mente divida) es el resultado inevitable de la lección que enseña que el Hijo de Dios es culpable. Es un mundo de terror y desesperación. 


En él no hay la más mínima esperanza de hallar felicidad... 

Ningún plan que puedas idear para tu seguridad tendrá éxito. No puedes buscar dicha en él y esperar encontrarla. Mas éste no es el único resultado que se puede derivar de lo que has aprendido. 

Por mucho que te hayas esforzado por aprender la tarea que elegiste, la lección que refleja el amor de Dios es todavía más fuerte. Y aprenderás que el Hijo de Dios es inocente, y verás otro mundo.

T-31-I.7.