La verdadera oración debe evitar convertirse en una súplica. Debes pedir, más bien, recibir lo que ya ha sido dado:
aceptar lo que ya está aquí.
S1/I.1:6
aceptar lo que ya está aquí.
S1/I.1:6
El secreto de la verdadera oración es olvidarte de las cosas que crees necesitar. Pedir cosas concretas es parecido a contemplar el pecado y luego perdonarlo.
S1/I.4:1